Centroamérica ha sido una
tierra azotada por diferentes embates a lo largo de los años. Conquistadores
que saquearon nuestra riqueza. Corsarios que tomaron nuestros puertos como base
e incluso uno que quiso formar su imperio en nuestro territorio. Una iglesia
que se plegó a los grandes poderes para mantener la ignorancia en nuestra
gente, derrocando a aquellos que propugnaban una libertad de culto.
Politiqueros que han sumido en la pobreza a nuestro pueblo. Guerras internas
entre países hermanos y guerras civiles entre los mismos compatriotas. Pero muy a pesar de todo ello, esta es una tierra
fértil para la SIEMBRA Y de guerreros
emprendedores siempre dispuestos a la
LUCHA.
Por desgracia la ignorancia se ha apoderado de
nuestro pueblo y la terquedad y necedad está a la orden del día. Tenemos todo para
ser, quizá no una potencia mundial, pero sí, una potencia latinoamericana.
Hemos sido bendecidos con tierras fértiles y de mucha belleza. Nuestro
territorio posee mucha riqueza natural, podríamos explotarlo de muchas formas,
pero esa… esa es otra historia. La ignorancia e incultura es ese mal endémico
que deberíamos atacar pues esa es la principal razón por la cual no salimos
adelante.
Como metaleros vimos con muy
buenos ojos el lanzamiento de un festival grande de Metal en nuestras tierras y
muy entusiasmados comenzamos a prepararnos y apoyar el evento en lo que estaba
en nuestras manos. El evento, Festival Siembra y Lucha, comenzó en 2012 como
algo pequeño en nuestra hermana república de Costa Rica con bandas locales pero
para 2013 daría el gran salto al anunciar que se haría un festival a gran
escala con bandas internacionales de alto nombre y prestigio. El evento
atravesó diferentes dificultades pero se realizó con cierto éxito. La
asistencia no fue la esperada pero tampoco fue un fracaso y quienes tuvieron la
oportunidad de estar ahí se dieron un gran festín de Metal. Un evento de primer
mundo en el tercer mundo.
2014 nos traería la sorpresa
que el festival se mudaría de país. Algunos se atrevieron a decir que los
planes eran moverlo de país año tras año para que todos tuviéramos la misma
oportunidad. Esta vez sería en Nicaragua. Los ticos (costarricenses) pusieron
el grito en el cielo pues sintieron que “su” festival se les escapaba de sus
tierras. La organización dio la versión oficial que esto se debía a la entrada
en vigencia de un nuevo ajuste fiscal en Costa Rica el cual cobraba un 35% de
impuesto a las entradas totales a este tipo de eventos, una cantidad impagable.
Se escogió la playa de Escamequita en San Juan del Sur, Nicaragua pues reunía
todas las facilidades, además de ser este un país más hacia el centro del istmo
lo cual facilitaba la movilización entre países. Además por los tratados que
existen, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos no requeriríamos de un
pasaporte para poder ingresar y tan solo con nuestra tarjeta de identidad
podríamos cruzar la frontera. La cercanía era una enorme ventaja también. De 6
países hacia los cuales estaba destinado el evento (Belice para estar siempre
aislado) tan solo Costa Rica y Panamá se verían afectados. Los ticos deberían
ahora cruzar una frontera y los panameños dos.
La promoción del evento
comenzó de lleno en marzo de 2014 y en abril tendríamos las primeras bandas
anunciadas del cartel en abril. Se prometieron 26 bandas por total en un evento que se
llevaría a cabo en diciembre del mismo año entre los días 12, 13 y 14. Poco a
poco se fueron anunciando una tras otra, bandas locales centroamericanas,
sudamericanas, españolas e internacionales. Esperábamos con suma emoción el
anuncio de una nueva banda. A medida el cartel iba tomando forma nos excitaba
más saber que la fecha se acercaba. Repentinamente la organización anunció
contar con algunos inconvenientes pero que seguían en pie luchando por sembrar
una semilla que germinara en toda Centroamérica.
El evento contó siempre con
detractores e incrédulos, mucha de la mala publicidad provenía desde Costa Rica
donde no se aceptaba que el festival fuese movido de lugar. Muchos fans
continuamos con nuestro apoyo y algunos nos preparamos para asistir pero, por
desgracia, la venta de boletos no era la que se esperaba. El cartel generaba
grandes expectativas pero no se retribuía en la venta de boletería. Parecía que
muchos esperaban hasta última hora comprar su boleto o en definitiva no
apoyarían el evento ya sea por falta de dinero, desinterés, incredulidad o
creían más en la mala publicidad generada desde tierras Ticas. Lo que sí
podemos asegurar es que el evento iba en grande pero esto no se plasmaba en la
venta de entradas.
Llegado el mes de noviembre se
dijo que de 10,000 boletos a la disposición tan solo se habían vendido 600.
Hablamos de tan solo un 6% lo cual para un festival de esta magnitud es una
venta miserable. Los festivales no funcionan de la misma manera que un
concierto “normal”. Los festivales son inversiones muy superiores y a según van
las ventas de boletos más el patrocinio, los organizadores disponen de mayor
cantidad para contratar más bandas. Si un concierto “normal” de una banda
internacional cuesta un buen dinero ya podremos imaginarlo multiplicado por 26.
El coste es inmenso pues está la contratación de la banda, hotel, alimentación,
pasajes aéreos y transporte a nivel local además de toda la logística que un evento de esta magnitud conlleva. Hablamos de cantidades
multimillonarias que con esas ventas no podrían ser costeadas bajo ninguna
forma. El festival se tambaleaba.
La organización decidió mover
de fecha el evento de diciembre a Mayo. Honestamente me pareció una formidable
idea pues se escogió una fecha libre para la mayoría; 01,02 y 03. Fin de semana
“largo” pues el 01 de mayo es el día internacional del trabajador y es libre
para la inmensa mayoría de personas que tienen un empleo fijo. Como
centroamericano que conozco el clima de primera mano también debo agregar que
era una mejor fecha pues diciembre suele ser frío y con lluvias dispersas.
Inicios de mayo suele ser muy cálido y pocas veces lluvioso. Para un festival
al aire libre, en una playa, nada mejor que un día veraniego de sol. La
administración de la página de Facebook comenzó a interactuar más con los fans
y tener un trato más cordial. Se anunciaron algunos planes con facilidades de
pago e incluso la incorporación de bandas de alto renombre como Michael
Schenker Group y Misfits. Se realizaron algunas encuestas donde nos dejaban ver
qué bandas estaban en cartera y todas eran de alto prestigio. Todo parecía marchar
bien. Aquello que se tambaleaba ahora tenía más vida que nunca.
Para la segunda semana del mes
de diciembre comenzamos a notar que la actividad en la página de facebook había
mermado al punto de cero post. Lo cual fue de muy mal augurio y desde entonces
comencé a sospechar que efectivamente el evento se caería y se cancelaría. 2014
terminó con una inactividad completa del sitio y con una duda enorme sobre el
futuro del evento. Iniciado enero nuestras sospechas se volvieron realidad. La
organización hizo oficial la cancelación del evento y que este no se realizaría
nunca más por toda la falta de apoyo y la caída de algunos patrocinadores. Un
hecho lamentable.
¿Qué fue lo que realmente
sucedió? Considero que la organización cometió algunos errores. Tal vez
esperaban apoyo completo de parte de los fans y estos esperaban tener pruebas
irrefutables desde el inicio. Olvidaban que el evento se había realizado un año
antes con mediano éxito. La organización olvidó la incultura centroamericana
que tanto daño nos ha hecho. Queremos ver hechos y aún viéndolos dudamos de su
credibilidad. El centroamericano no está preparado para un evento de esta
magnitud. Exigimos demasiado pero no hacemos nada. Queremos ver las bandas que
nos gusta y protestamos por aquellas que no nos gustan, como si el evento fuese
para darnos gusto sólo a nosotros y no contar con una verdadera variedad donde
todos tengamos un par de cosas con las cuales gozar. Por desgracia el principal
problema del centroamericano no es vivir en un país tercermundista sino pensar
como tercermundista.
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