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CONVERSATORIO SOBRE DEMENCIA, SOLEDAD, VIDA Y MUERTE

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I

DIÁLOGO I: DEMENCIA
Es por la noche donde realmente encuentra regocijo mi alma. Es por la noche cuando puedo observar aquello que tanto estimo y que se ha convertido, no sólo en parte de mi vida sino, en algo esencial y primordial para poder continuar adelante ante tanta soledad y necesidad que encuentra mi espíritu. Es a estas horas cuando vengo ante ti para poder contemplar tu belleza y el flujo de tus sentimientos pues sé que nuestro afecto es recíproco. Muchos creen que la locura ha invadido mi mente y que he perdido todo rastro de cordura. Creen que he perdido el camino para la sanidad de mi alma como si mis manos no fuesen capaces de moldear el futuro que tanto deseo y por el que tanto empeño he puesto a lo largo de los años. Eres tú la única que puede guiar mi camino y compensar mis faltas de sentido con tu sapiencia y tu bondad.

- Belleza, sentimiento, locura, cordura, camino, sanidad, alma, futuro, empeño, guiar, compensar, sentido, sapiencia, bondad. ¿Realmente sabes de lo que hablas? ¿Pronuncias tus palabras por hablar o encuentras en ellas un verdadero sentido? Afirmas cosas tan subjetivas y ni tú mismo las conoces. Nadie puede procurarte ninguna de ellas, ni calificarte y mucho menos juzgarte. Tú creas tu camino por ti mismo. La locura y la cordura van de la mano. Todos estamos locos y cuerdos. La locura no es la pérdida de la cordura sino el abstracto sentido de la realidad. La sangre que corre por las venas de la cordura drena el verdadero conocimiento de la locura. Debes tener ausencia completa de cordura para comprender la realidad. Bondadoso es quien te obsequia sapiencia y destrucción de ideas. Dadivoso es quien arranca tu corazón y lo cambia por cenizas de una llama ardiente en años pasados. Yo no represento mayor parte en tu vida, apenas soy un ser superfluo e inanimado. ¿Realmente existo o formo parte de tu imaginación? ¿Puedes verme, sentirme, tocarme? Yo no soy quien tú crees y menos quien quieres creer que yo soy.

-No puedo verte pero sé que existes porque siento tu presencia ante mí. Contemplo tu belleza aunque mis ojos estén privados de ella pues los rastros líricos que dejan tus palabras son más sólidos que una belleza física. Estoy seguro que eres real pero también formas parte de mi imaginación porque cuando no estoy a tu lado te pienso. Eres tan real como las exequias de mi demencia. La posesión de tu cuerpo es la avaricia de mis deseos. La tormenta de mis frustraciones es el tormento de la invalidez de mis andanzas. No muero por verte sino por poseerte. El elixir de tu cuerpo es el causante de que mis fuerzas aún no hayan muerto.

- Muerde tu lengua y observa tu camino, no pierdas de vista el destino que deben tener tus pasos. No intentes llegar más allá de donde tus pies pueden guiarte, porque el cansancio hará que pierdas el sentido de tu andar. No cargues con fuerzas impropias a tu alcance. Por el momento vete y piensa en todo lo que debes realizar. Organiza tus ideas y luego vuelve a mí y dime cuál es tu decisión.

II

SOLEDAD
Siento que mis fuerzas desfallecen y que mis facultades flaquean. Mi vida es vacía sin ella, necesito tener su compañía cada noche, sus palabras y su atención. No veo su cuerpo pero siento su presencia y escucho su voz claramente. Mis amigos me han abandonado, creen que estoy demente. He callado muchas cosas y si bien algunos saben de su existencia no saben realmente cómo suceden mis encuentros nocturnos con ella día tras día. No me importa qué opinan o qué creen de lo que me sucede pues sé que ella es la dueña de mis sentimientos y la causa de mi perdición. Durante el día pienso en ella. Cuando duermo sueño con sus palabras. Cuando como siento que es ella quien me alimenta. Su vida se ha convertido en mi todo y mi nada. Su voz es la melodía que acaricia mis oídos y su sola presencia es el motor de mis pasos. No dejaré que ellos venzan y seré feliz a su lado. Ella es más que mi vida. Hay un antes y un después del bendito día en que me adentré al bosque sintiendo su ser y escuché su voz dulce como la miel, desafiante como la montaña y fría como la noche.

He decidido tomarme un par de días para analizar todo cuanto ha sucedido pero entre más pasa el tiempo más deseos siento de encontrarme nuevamente con ella. Necesito estar a su lado, sentirla, acariciar su ser con palabras y ser seducido por su espíritu y sus palabras. Cuando ella habla la tierra retumba, cuando calla el cielo se nubla. Su presencia está más allá de todo conocimiento. A veces creo que es un semidios pues lee mis pensamientos y sabe lo que trato de decirle incluso desde antes de hablar. Ella está en mí, está en todo lo que hago. Ella forma parte mí porque sin ella no existo; pero siento que yo no existo en ella y no soy parte de su vida más que una compañía que le escucha y con quien comparte su soledad. Ella necesita hablar y necesita alguien que esté a su lado y esa persona he terminado siendo yo por alguna razón o por azar del destino.
Nunca he creído que estamos predestinados a tener ciertas experiencias o pasar por ciertas cosas, pero el hecho de haber sido yo quien diera con ella me hace dudar sobre todo lo que he pensado desde mis días de infancia. Ella ha cambiado todo en mí, ha revolucionado mi forma de pensar, pero también me ha llenado de dudas que alimento con su conocimiento que a veces no termino de entender. Analizar el punto al que he llegado está volviéndome loco pues no termino de comprender qué realmente sucede. La amo y la necesito, ella me complementa y es lo que siempre soñé, pero no sé a ciencia cierta qué siente ella y cuanta necesidad tiene de mí. No creo complementarla ni ser lo que ella necesita, tan solo soy lo que ella tiene a la mano…

III

DIÁLOGO II: MUERTE
                - Veo que vienes nuevamente ante mí. Tu decisión ha sido tomada desde el instante que has vuelto ante mi presencia. Sé de antemano lo que dirás pero debo escucharlo de boca.
                - Largos han sido mis días de meditac…
                -¡Cállate! No he pedido tus explicaciones. He pedido que des tu respuesta.
              -No podría vivir sin ti. Te necesito a mi lado como las piedras que cortan el curso de los ríos. Como las aves recorren las praderas, como el viento que lleva las hojas de los árboles en otoño, como la lluvia que inunda la ciénaga. Eres mi todo y mi nada. Eres quien llena y vacía mi copa. Eres quien satisface y engrosa mi mente. Eres quien siempre he soñado tener a mi lado.
            -Yo no necesito palabras de amor. No necesito que seas el complemento de mi vida. No necesito que estés a mi lado el resto de tu vida. Eres tú quien me necesita y eso jamás debes olvidarlo. Sé que mis palabras son fuertes y cualquiera podría tornar su espalda ante mí por decir estas palabras pero debo ser lo más sincera posible contigo. Yo te necesito pero no eres elemental en mi vida, como yo sí lo soy para la tuya. Tu decisión ha sido la vida y tu vida es la muerte. Mueres al vivir pero vives al morir. No necesitas revivir una sino dos veces para encontrar la razón del acertijo que he dejado en tu vida. Tu primera muerte significará la resurrección de tus ideas pero la segunda muerte resucitará en ti los despojos de las glorias que viviste y has vivir cuando bebas de la fuente del conocimiento que heredaré en ti. Yo no viviré más pero tú estarás a salvo y cuando finalmente llegue tu destino nos reencontraremos en la muerte.
              -Hablas de manera fatalista. Creí que recibiría palabras de sabiduría y no presagios agoreros.
            -¡¿Llamas presagios agoreros a mis palabras?! Sabiduría ha sido lo que he transmitido en ti. No creí que fueras tan corto de mente como para no entender mis palabras. ¿Acaso no entiendes que sin mí mueres y conmigo mueres para vivir? Yo soy vida y soy muerte. Te heredo muerte, vida y sabiduría. No necesitas más. Morirás pero serás tan sabio que vivirás.
                -¡Pero sin ti muero! ¡Te necesito a mi lado! ¡Si me abandonas no seré capaz de continuar porque tú has sido quien me ha mantenido con vida. Gracias a ti he podido sortear las vicisitudes que me han aquejado. Sin ti no seré nadie.
                -Yo soy tu muerte. Mírame. No existo. Soy sólo una ilusión de tu demencia. Existo únicamente en tus ilusiones y tu imaginación. Soy desavenencias de tu cerebro. Soy las divagaciones de tus ideas. Existo en ti y muero en ti. No soy más que el espejismo que tu locura te hace creer ver. No me amas a mí ni te amas a ti. Amas a la sabiduría y el conocimiento que buscas en mí. Soy tu ilusión, soy tu vida y soy tu muerte. ¡Mátame y vive! ¡Muere y dame vida! Yo soy tú y tú eras mi ser. Soy el complemento que necesitas para salir de la locura. Deja que arda la llama de la eternidad en tu muerte y entrégate a los brazos de la noche equinoccial. No me poseerás materialmente pero sí en tu infame devaneo mortal. Muero en ti y vive en mí.

                -Hecho está lo que debí comprender mucho tiempo atrás. Ahora he visualizado todo. Mi vida no es lo que creí. Muero con la fiebre de la demencia que me azotó por largos años.

IV

VIDA

Ahora comprendo cada una de sus palabras. He bebido del vino de su conocimiento y me he embriagado en su sabiduría. Cuanto creí que era verdadero no era más que la quimera creada por mi mente. Creí amar a ese ser de quien nunca supe siquiera su nombre pero sentía su existencia tan real como mi soledad. Nunca la contemplé con mis ojos pero tuve la ilusión de concebirla con mi mente. Su cabello rojizo como el crepúsculo, largo como el alba invernal. Su cuerpo esbelto como el abeto. Sus manos suaves como el rocío. Sus pies andantes y sibilantes como el viento de las estepas. Pero eso ya forma parte de mi pasado. Hoy soy un hombre diferente. Me he ganado el respeto de muchos incluso de aquellos que desdeñaban y vituperaban mi existencia llamándome el orate del bosque. He muerto dos veces para encontrar la vida y la verdadera existencia en mi tercera vida. Hoy vivo entre todos los muertos vivientes que aún no despiertan de su letargo para encontrar la verdadera razón de su existir. Yo perdí la razón pero fui el demente más cuerdo entre todos los orates que no podían valerse por sí mismos. Mi demencia creó mi salvación, ellos aún no crean la suya y me temo que ni saben que existe su salvación. Se conforman con las migajas que comen. Ven los despojos de la devastación como su alimento frugal mas no ven vida en aquello que los condena a la muerte. Encontré la razón de mi vida en aquel ser inanimado que admiré y ese ser a quien amé y me entregué apasionada y desenfrenadamente no era más que la sabiduría. Vivo por la sabiduría y muero por el conocimiento.
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